¿Te pasó de hacer papas fritas y que salgan blanditas, oscuras o llenas de aceite?
No te preocupes, con algunos pasos simples podés lograr papas fritas doradas, secas y crujientes, como de restaurante… pero en casa.
1. 🥔 Elegí la papa adecuada
No todas las papas sirven para freír.
Usá papa blanca o papa especial para fritura (en lo posible, no la papa nueva). Tienen más almidón y quedan mejor.
2. 💧 Remojalas antes de freír
Una vez cortadas, ponelas en un bowl con agua fría durante al menos 30 minutos (mejor si es 1 hora).
Esto les saca el exceso de almidón y ayuda a que no se peguen ni se quemen rápido.
3. 🧻 Secalas bien
Después del remojo, secá las papas con un repasador limpio o papel de cocina.
Este paso es clave: si entran mojadas al aceite, se enfría y te quedan blandas y aceitosas.
4. 🔥 Hacelas en dos cocciones
Sí, como lees. Para que queden bien:
Primera fritura: fuego medio, hasta que estén blanditas pero sin dorarse.
Sacalas, escurrí y dejalas enfriar unos minutos.
Segunda fritura: fuego fuerte hasta que se doren. Ahí es cuando se ponen crocantes.
5. 🧂 Salalas al final
No les pongas sal antes de freírlas.
Salalas recién salidas del aceite, cuando están bien calientes, así no largan agua ni se ablandan.
💡 Consejo final:
Con estos pasos, vas a tener papas fritas crocantes por fuera, suaves por dentro y nada aceitosas. ¡Un clásico bien hecho siempre triunfa!
