El puré de papas es simple, pero lograr que quede suave, liviano y sabroso tiene sus secretos.
Acá te explico cómo prepararlo bien desde cero, como lo hacían nuestras abuelas.
1. ELEGÍ LA PAPA CORRECTA
Usá papas harinosas (las comunes, blancas o rosadas grandes), no las nuevas o muy firmes.
Estas se cocinan mejor y se pisan más fácil.
2. HERVILAS CON CÁSCARA PARA MÁS SABOR
Si tenés tiempo, cociná las papas enteras y con cáscara.
Quedan más sabrosas y no absorben tanta agua, lo que evita que el puré quede aguado.
3. PISÁ EN CALIENTE Y NO CON MIXER
Apenas las pelás, pisalas mientras están bien calientes.
No uses procesadora o batidora eléctrica, porque queda chicloso.
4. AGREGÁ LECHE CALIENTE Y MANTECA
Calentá un poco de leche y agregala de a poco, junto con manteca o aceite (si lo hacés sin lácteos).
La leche fría enfría el puré y lo hace grumoso.
5. AJUSTÁ SAL Y PIMIENTA AL FINAL
Probá y condimentá al final. Podés sumar nuez moscada, ajo asado, queso rallado o cebollita salteada si querés variar.
💡 TIP EXTRA:
¿Sobraron papas hervidas?
Guardalas en la heladera y hacé un puré rápido al otro día, solo calentando y pisando con leche y manteca.