Involucrar a los chicos en la cocina no solo es divertido, también les enseña a comer mejor, a ser más independientes y a valorar lo hecho en casa.
No hace falta que hagan recetas complejas: con tareas simples y adaptadas a su edad, ya pueden participar y disfrutar.
1. Empezá con tareas fáciles y seguras
👐 Según la edad, podés pedirles que:
Laven verduras
Mezclen ingredientes
Amasen o corten galletas
Pinten con huevo o decoren platos
Si son más grandes, pueden batir, romper huevos o usar la balanza.
2. Dales opciones para elegir
🧠 En lugar de imponer, preguntales:
¿Querés hacer tarta de zapallito o de choclo?
¿Qué le pondrías a esta pizza?
Eso les da autonomía y los motiva más.
3. Cociná con tiempo, no apurada
🕓 Si estás con mil cosas, es mejor que ese día no participen.
Buscá un momento sin apuro (fin de semana o feriado) para que lo disfruten y no se transforme en un estrés.
4. No busques “perfección”, buscá conexión
🎨 No importa si la masa queda chueca o si la cebolla está mal picada.
Lo importante es compartir el momento. Y si se ensucia la cocina... bueno, ¡es parte del juego!
5. Usalo como momento educativo
📚 Mientras cocinan, pueden hablar de medidas, cantidades, nombres de ingredientes, tiempos de cocción…
Es aprendizaje real, sin necesidad de libros.
💡 Consejo final:
Cocinar con chicos es una forma de estar presentes. No se trata solo de enseñarles a hacer una receta, sino de darles herramientas para la vida… y de paso, pasarla bien.